La redacción
¿Qué propósito tienen los trabajos escritos en un programa académico de teología y formación ministerial? ¿Qué tiene que ver mi capacidad como escritor con la predicación? Antes de proceder a hablar de cómo redactar los trabajos, respondamos a estas preguntas.
Crecer como escritor
La comunicación oral no es la única manera de compartir el mensaje bíblico. En el ministerio puede haber mucha redacción: cartas, emails, boletines, artículos, blogs, tratados e incluso libros. Escribir bien puede enriquecer tu ministerio. Escribir mal te puede pasar factura (por ejemplo, correos mal redactados que llevan a malos entendidos). Por lo tanto, es necesario desarrollar tus competencias como autor. Los trabajos escritos (tareas, ensayos, TFG) te obligan a desarrollar estas capacidades.
Crecer como predicador o maestro
Aunque no tengas ganas de ser autor (¡todavía!), y tu deseo sea simplemente enseñar y predicar o enseñar oralmente, es necesario ser competente como escritor. Lo digo porque hay muy poca gente que habla bien sin poder escribir bien. La mayoría de los grandes predicadores son también buenos autores. Escribir te obliga a organizar tu pensamiento, a ir más lentamente y con más cuidado en la preparación (por lo menos, escribir el sermón te obliga a pensar lo que vas a decir antes de entrar en el púlpito). Mientras escribimos, podemos trabajar también la retórica, la lógica y el estilo. De esta manera mejoras tus capacidades como autor y serás más creativo, claro y eficaz en la predicación. Poder escribir bien es una competencia muy importante para la comunicación oral.
Crecer como escritor
La comunicación oral no es la única manera de compartir el mensaje bíblico. En el ministerio puede haber mucha redacción: cartas, emails, boletines, artículos, blogs, tratados e incluso libros. Escribir bien puede enriquecer tu ministerio. Escribir mal te puede pasar factura (por ejemplo, correos mal redactados que llevan a malos entendidos). Por lo tanto, es necesario desarrollar tus competencias como autor. Los trabajos escritos (tareas, ensayos, TFG) te obligan a desarrollar estas capacidades.
Crecer como predicador o maestro
Aunque no tengas ganas de ser autor (¡todavía!), y tu deseo sea simplemente enseñar y predicar o enseñar oralmente, es necesario ser competente como escritor. Lo digo porque hay muy poca gente que habla bien sin poder escribir bien. La mayoría de los grandes predicadores son también buenos autores. Escribir te obliga a organizar tu pensamiento, a ir más lentamente y con más cuidado en la preparación (por lo menos, escribir el sermón te obliga a pensar lo que vas a decir antes de entrar en el púlpito). Mientras escribimos, podemos trabajar también la retórica, la lógica y el estilo. De esta manera mejoras tus capacidades como autor y serás más creativo, claro y eficaz en la predicación. Poder escribir bien es una competencia muy importante para la comunicación oral.