La pre-lectura
Una vez nos hemos dado cuenta del tipo de texto que tenemos que leer, necesitamos una estrategia para leer activamente, entrando en diálogo con el autor. La meta es sacar el provecho necesario de las lecturas en un tiempo razonable.
¿Por dónde empezar? Los escritos modernos suelen proporcionar indicaciones orientativas a los lectores, aunque muchas veces no los aprovechamos. Estas indicaciones incluyen lo siguiente:
Estas indicaciones nos ayudan a ver de qué va un texto y decidir, en primer lugar, si lo vamos a leer (en la investigación y en la vida hay que priorizar nuestras lecturas porque no hay tiempo para leerlo todo); y en segundo lugar, cómo lo vamos a leer –entera o parcialmente, por encima o profundamente, etc.
El ejercicio de la pre-lectura puede parecer una pérdida de tiempo. ¿No estamos hablando de cómo leer más rápidamente? Puede parecer paradójico, pero un cuarto de hora o veinte minutos dedicados a este ejercicio puede ahorrar muchas horas de lecturas innecesarias o poco relevantes.
Más en «La lectura»:
- ¿Sabes leer?
- Tipos de textos académicos
- Profundizando en los textos
- Tomando apuntes
- Hábitos personales
¿Por dónde empezar? Los escritos modernos suelen proporcionar indicaciones orientativas a los lectores, aunque muchas veces no los aprovechamos. Estas indicaciones incluyen lo siguiente:
- La portada. A veces se puede discernir información muy valiosa de la portada de algún libro. Una portada bien hecha explica quién es el autor, de qué va el libro, su género y nivel, y tal vez algún detalle más.
- El índice. Un índice detallado te puede dar indicaciones interesantes sobre un libro. A veces el índice viene a ser un bosquejo del libro, lo cual te permite ver por dónde irá el autor.
- La introducción. ¡No se debe saltar! Es aquí donde el autor debe explicar su propósito, las cuestiones que quiere abordar, su metodología e incluso lo básico de sus conclusiones. Tal vez lees solamente las primeras frases de algunos párrafos de la introducción, pero asegúrate de leer lo suficiente para captar las ideas generales del autor.
- La conclusión. En la conclusión normalmente se encuentra un resumen bien hecho de la investigación, las conclusiones bien plasmadas con una síntesis de los argumentos a favor de ellas.
- Principio y final de algunos capítulos. Si todavía no te aclaras acerca de la relativa importancia del libro en cuestión, puedes leer unas líneas en los capítulos que te parezcan más interesantes.
Estas indicaciones nos ayudan a ver de qué va un texto y decidir, en primer lugar, si lo vamos a leer (en la investigación y en la vida hay que priorizar nuestras lecturas porque no hay tiempo para leerlo todo); y en segundo lugar, cómo lo vamos a leer –entera o parcialmente, por encima o profundamente, etc.
El ejercicio de la pre-lectura puede parecer una pérdida de tiempo. ¿No estamos hablando de cómo leer más rápidamente? Puede parecer paradójico, pero un cuarto de hora o veinte minutos dedicados a este ejercicio puede ahorrar muchas horas de lecturas innecesarias o poco relevantes.
Más en «La lectura»:
- ¿Sabes leer?
- Tipos de textos académicos
- Profundizando en los textos
- Tomando apuntes
- Hábitos personales