Argumentación y estructura
Ya tienes tu afirmación principal de tesis, tus evidencias y sus justificaciones, y tus matices y reservas. ¿Cómo organizarlo todo para conseguir un argumento persuasivo?
1. Ten en cuenta a tus lectores
A algunos, la manera en que presentan sus pensamientos por escrito les sale de manera innata. Sin embargo, a la mayoría de nosotros, nos hace falta un poco de reflexión sobre la ciencia y el arte de la argumentación escrita para poder escribir eficazmente. Lo principal a tener en cuenta es quién es tu lector.
Los buenos autores saben conectar con sus lectores. Entienden quiénes son los que van a leer sus escritos, saben cuáles son sus necesidades, preguntas, capacidades, etc., y por consiguiente, saben llegar a ellos. Es necesario averiguar cuál es el nivel y las expectativas de tus lectores. ¿Qué es lo que saben y lo que no? Debes hablarles según quiénes son. Si escribes a un nivel demasiado bajo o alto, si hablas de lo que a ti te interesa pero a ellos no, si incluyes mucha información tangencial o irrelevante, tus lectores perderán el interés. Si pierden el interés, tu escrito no sirve para nada. Si quieres entrar en la conversación sobre un tema, es necesario conectar con los demás que están hablando.
Intenta imaginar una conversación verbal con tu lector:
En este sentido, no es muy diferente al ejercicio mental que tienes que hacer para preparar un estudio o sermón. Hay que pensar en la mejor manera de comunicar tus ideas a tus lectores.
2. Tipos de argumentos
Hay dos maneras erróneas de presentar los resultados de tu investigación. Una es el registro del proceso que has seguido para llegar a la respuesta a la pregunta del trabajo. Como hemos dicho en otra sección, a tus lectores no les interesa tu peregrinaje. Más bien quieren conocer tus conclusiones y cómo las apoyas. Otra manera errónea de presentar tus hallazgos es el ensayo popurrí que contiene una mezcla desordenada de evidencias y argumentos que no parece llevar a ningún lugar. Es como el sermón o la conferencia que quizá tiene muchos detalles interesantes pero no parece tener un destino concreto. Esto no convencerá a nadie.
Es mejor seguir alguna estructura a la hora de presentar las conclusiones a tus lectores. Algunas posibles estructuras podrían ser las siguientes:
3. La distribución del trabajo
Se valora la creatividad a la hora de desarrollar la estructura de tu argumento. No obstante, la distribución de tus ensayos debe seguir, al menos, esta forma general: introducción, cuerpo y conclusión.
La introducción
La parte más importante de tu introducción es la afirmación principal de tesis. Pero la introducción no consiste solamente en ella. Tienes que hacer dos cosas más: (1) Debes contextualizar la cuestión que has investigado. Debes explicar por qué es importante, cuál es el estado de la conversación sobre tal cuestión hoy en día, qué hay en juego y qué problema pretende solucionar tu afirmación. Resumiendo: debes explicar por qué tu lector debe leer tu escrito. (2) Es recomendable explicar brevemente cuál es la metodología utilizada en el ensayo. Esta explicación sirve como un mapa, que indica al lector tu línea de argumentación. Le ayuda a seguir el desarrollo de tu escrito.
El cuerpo
El cuerpo contiene los argumentos a favor de tu afirmación. Ver el artículo sobre los elementos de argumentos eficaces.
La conclusión
En la conclusión no debes añadir información nueva, sino simplemente debes resumir tu afirmación y argumentos. Sí puedes incluir (aunque no es necesario) alguna sugerencia de aplicación, y también otras vías de investigación relacionadas.
4. Los títulos
Es necesario que guíes al lector a través de tu argumento, como si estuviera siguiendo una carretera. Debes darle señales cada vez que hay un cambio de rumbo en tu presentación. A nivel más detallado, esto se hace con frases transicionales en tus párrafos (ver arriba). Pero cuando se trata de pasar de un punto a otro, lo mejor es emplear los títulos. Los títulos eficaces son breves y claros, y deben resumir fielmente el contenido que encabezan. Formatear bien los títulos también es importante, porque ayuda al lector a saber dónde está en el contexto de tu argumento (orden, niveles de subordinación, etc.).
5. La regla de oro
«Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos» (Mateo 7:12). ¿Qué es lo que valoras en un texto como lector? ¿Qué crees que define un texto bien redactado? Haz con tus lectores lo que te gustaría que otros autores hicieran contigo. Asegúrate que desde el principio planteas un trabajo claro, coherente, accesible y persuasivo.
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1. Ten en cuenta a tus lectores
A algunos, la manera en que presentan sus pensamientos por escrito les sale de manera innata. Sin embargo, a la mayoría de nosotros, nos hace falta un poco de reflexión sobre la ciencia y el arte de la argumentación escrita para poder escribir eficazmente. Lo principal a tener en cuenta es quién es tu lector.
Los buenos autores saben conectar con sus lectores. Entienden quiénes son los que van a leer sus escritos, saben cuáles son sus necesidades, preguntas, capacidades, etc., y por consiguiente, saben llegar a ellos. Es necesario averiguar cuál es el nivel y las expectativas de tus lectores. ¿Qué es lo que saben y lo que no? Debes hablarles según quiénes son. Si escribes a un nivel demasiado bajo o alto, si hablas de lo que a ti te interesa pero a ellos no, si incluyes mucha información tangencial o irrelevante, tus lectores perderán el interés. Si pierden el interés, tu escrito no sirve para nada. Si quieres entrar en la conversación sobre un tema, es necesario conectar con los demás que están hablando.
Intenta imaginar una conversación verbal con tu lector:
- ¿Cómo puedes formular tu afirmación principal de tesis o explicación del propósito del trabajo de manera que captes su interés?
- ¿Qué es lo que tendrías que decirle para situarle en el contexto del tema que estás tratando?
- ¿Cómo tendrías que elaborar tu explicación, yendo desde tu hipótesis a tus argumentos y evidencias?
- ¿Cuáles serían las preguntas y objeciones que debes saber responder?
En este sentido, no es muy diferente al ejercicio mental que tienes que hacer para preparar un estudio o sermón. Hay que pensar en la mejor manera de comunicar tus ideas a tus lectores.
2. Tipos de argumentos
Hay dos maneras erróneas de presentar los resultados de tu investigación. Una es el registro del proceso que has seguido para llegar a la respuesta a la pregunta del trabajo. Como hemos dicho en otra sección, a tus lectores no les interesa tu peregrinaje. Más bien quieren conocer tus conclusiones y cómo las apoyas. Otra manera errónea de presentar tus hallazgos es el ensayo popurrí que contiene una mezcla desordenada de evidencias y argumentos que no parece llevar a ningún lugar. Es como el sermón o la conferencia que quizá tiene muchos detalles interesantes pero no parece tener un destino concreto. Esto no convencerá a nadie.
Es mejor seguir alguna estructura a la hora de presentar las conclusiones a tus lectores. Algunas posibles estructuras podrían ser las siguientes:
- Orden lógico. Se pueden colocar las evidencias en cierto orden lógico mostrando la conexión entre ellas. Esta estructura es útil cuando tienes unas evidencias relacionadas, que una se desprende de otra, o quizá una depende del establecimiento anterior de otra.
- Diálogo de mesa redonda. A veces es muy eficaz poner a representantes de diferentes posturas en diálogo los unos con los otros. Puedes hacer que uno(s) plantee objeciones a otro(s), y el otro responda. Esta estrategia resulta eficaz cuando tienes apuntes de dos o más autores o escuelas que representan dos o más posturas sobre tu tema.
- Debate con oponente. También puedes entrar en debate directamente con alguien que sostiene una postura contraria a la tuya. Esta estrategia resulta eficaz si muestras que has entendido bien al otro y eres capaz de contestarle adecuadamente. Pero tienes que ir con cuidado y mantener el respeto.
- Explicar tu afirmación principal por partes, es decir, explicar la afirmación según sus elementos.
3. La distribución del trabajo
Se valora la creatividad a la hora de desarrollar la estructura de tu argumento. No obstante, la distribución de tus ensayos debe seguir, al menos, esta forma general: introducción, cuerpo y conclusión.
La introducción
La parte más importante de tu introducción es la afirmación principal de tesis. Pero la introducción no consiste solamente en ella. Tienes que hacer dos cosas más: (1) Debes contextualizar la cuestión que has investigado. Debes explicar por qué es importante, cuál es el estado de la conversación sobre tal cuestión hoy en día, qué hay en juego y qué problema pretende solucionar tu afirmación. Resumiendo: debes explicar por qué tu lector debe leer tu escrito. (2) Es recomendable explicar brevemente cuál es la metodología utilizada en el ensayo. Esta explicación sirve como un mapa, que indica al lector tu línea de argumentación. Le ayuda a seguir el desarrollo de tu escrito.
El cuerpo
El cuerpo contiene los argumentos a favor de tu afirmación. Ver el artículo sobre los elementos de argumentos eficaces.
La conclusión
En la conclusión no debes añadir información nueva, sino simplemente debes resumir tu afirmación y argumentos. Sí puedes incluir (aunque no es necesario) alguna sugerencia de aplicación, y también otras vías de investigación relacionadas.
4. Los títulos
Es necesario que guíes al lector a través de tu argumento, como si estuviera siguiendo una carretera. Debes darle señales cada vez que hay un cambio de rumbo en tu presentación. A nivel más detallado, esto se hace con frases transicionales en tus párrafos (ver arriba). Pero cuando se trata de pasar de un punto a otro, lo mejor es emplear los títulos. Los títulos eficaces son breves y claros, y deben resumir fielmente el contenido que encabezan. Formatear bien los títulos también es importante, porque ayuda al lector a saber dónde está en el contexto de tu argumento (orden, niveles de subordinación, etc.).
5. La regla de oro
«Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos» (Mateo 7:12). ¿Qué es lo que valoras en un texto como lector? ¿Qué crees que define un texto bien redactado? Haz con tus lectores lo que te gustaría que otros autores hicieran contigo. Asegúrate que desde el principio planteas un trabajo claro, coherente, accesible y persuasivo.
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