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Consejos generales
Escribir un poco cada día
En su libro How to Write a Lot («Cómo escribir mucho»), Paul Silvia argumenta que para ser productivo como escritor, es necesario escribir cada día. Silvia dice que los mejores escritores no necesariamente esperan momentos de inspiración para ponerse a redactar, sino que escriben regularmente, con o sin ganas. Esta práctica ayuda no solamente con la productividad, sino también con la creatividad. Para la redacción de un ensayo o cualquier otro documento, si te viene el momento de inspiración, ¡genial! Pero si no, no lo esperes. Ponte a escribir, aunque no tengas ganas, y hazlo de forma regular hasta que acabes con el proyecto.
Leer buena literatura
Aprendemos muchas veces de manera intuitiva. Los futbolistas jóvenes mejoran viendo cómo juegan los profesionales. Los músicos aprenden viendo cómo tocan los grandes maestros. Los estudiantes de idiomas aprenden mejor yendo al país donde se habla el idioma que estudian para escucharlo. En definitivo: los aprendices aprenden imitando a sus maestros.
Lo mismo sucede con la redacción. Aprendemos a escribir mejor viendo cómo escriben los autores expertos. De manera intuitiva interiorizamos la gramática, la ortografía, la expresión y el estilo de lo que leemos. ¡Por lo tanto, debemos leer buena literatura! Sumérgete en la redacción de grandes autores, tanto teológicos como de otros tipos de textos. Fíjate en su estilo y su manera de argumentar. Disfruta y aprende.
Por cierto, para crecer como escritores, es mejor leer obras escritas directamente en el idioma en el cual queremos escribir. Es muy difícil comunicar los matices de estilo en traducción.
En su libro How to Write a Lot («Cómo escribir mucho»), Paul Silvia argumenta que para ser productivo como escritor, es necesario escribir cada día. Silvia dice que los mejores escritores no necesariamente esperan momentos de inspiración para ponerse a redactar, sino que escriben regularmente, con o sin ganas. Esta práctica ayuda no solamente con la productividad, sino también con la creatividad. Para la redacción de un ensayo o cualquier otro documento, si te viene el momento de inspiración, ¡genial! Pero si no, no lo esperes. Ponte a escribir, aunque no tengas ganas, y hazlo de forma regular hasta que acabes con el proyecto.
Leer buena literatura
Aprendemos muchas veces de manera intuitiva. Los futbolistas jóvenes mejoran viendo cómo juegan los profesionales. Los músicos aprenden viendo cómo tocan los grandes maestros. Los estudiantes de idiomas aprenden mejor yendo al país donde se habla el idioma que estudian para escucharlo. En definitivo: los aprendices aprenden imitando a sus maestros.
Lo mismo sucede con la redacción. Aprendemos a escribir mejor viendo cómo escriben los autores expertos. De manera intuitiva interiorizamos la gramática, la ortografía, la expresión y el estilo de lo que leemos. ¡Por lo tanto, debemos leer buena literatura! Sumérgete en la redacción de grandes autores, tanto teológicos como de otros tipos de textos. Fíjate en su estilo y su manera de argumentar. Disfruta y aprende.
Por cierto, para crecer como escritores, es mejor leer obras escritas directamente en el idioma en el cual queremos escribir. Es muy difícil comunicar los matices de estilo en traducción.