La bibliografía
En el proceso de definir una cuestión de investigación bien delimitada, clara y manejable, debes haber descubierto algunos recursos bibliográficos (por lo menos desde tus lecturas de las fuentes generales). Ahora hay que proseguir con el proceso de recopilación de recursos.
1. La biblioteca es el lugar principal de cosecha de recursos
Ten en cuenta que, por pequeña que pueda ser la biblioteca en una institución evangélica, no deja de ser especial. Es una biblioteca especializada en la teología de tradición protestante. Fíjate que, de los miles y millones de libros que hay en el mundo, en una biblioteca como la de IBSTE hay unas 10.000 piezas de literatura teológica seleccionada (en muchos casos) por expertos, todo reunido en un sitio. ¡Mucho de vuestro trabajo está hecho ya! Muchos de los recursos que vais a necesitar están aquí mismo (aunque no todos, como veremos). Por lo «pobre» que podamos pensar que es nuestra querida biblioteca, si tuviéramos que depender de la biblioteca pública de Castelldefels, o de Barcelona, o la biblioteca de la UB, estaríamos en apuros –¡no tienen nada de lo nuestro!
2. ¿Cómo se acumula bibliografía?
Nunca vas a encontrar todos los libros que necesitas juntos en una estantería. Hay que trabajar para descubrirlos. Hablo de la elaboración de una bibliografía. Una bibliografía es una lista de recursos que vas a utilizar. Esta lista se debe elaborar en un archivo Word (o OpenOffice, LibreOffice, Pages) directamente, siguiendo las normas marcadas por el documento «Normas bibliográficas». Se debe organizar alfabéticamente y por temas. Pero, la cuestión es: ¿cómo descubrir cuáles son los recursos disponibles?
Obras de referencia
Seguramente perfilando el tema de tu trabajo, ya has visto algunos de estos recursos (obras de introducción, enciclopedias, diccionarios bíblicos). Ahora es un buen momento, si no lo has hecho todavía, para leer enteramente los artículos pertinentes a la cuestión concreta que vas a investigar. Muchas veces estos artículos te darán algo de bibliografía básica que resulta ser un buen lugar para empezar.
Recuerda que puedes encontrar información acerca de la cuestión que estás investigando en artículos con varios nombres –es necesario ser intuitivo y saber buscar. Por ejemplo, imagínate que tu tema es la continuación o no de los dones milagrosos hoy en día. Dentro de este tema, decides enfocarte concretamente en el carácter de la profecía en el Nuevo Testamento ¿Dónde buscar en el diccionario bíblico para encontrar recursos sobre esto? Puedes probar en varios artículos: «Profecía» evidentemente, pero también en otros artículos relacionados como: «Dones», «Lenguas», «Revelación», incluso «Carismático» o «Cesasionismo».
El catálogo de la biblioteca
Las bibliotecas modernas tienen catálogos informáticos que te permiten hacer búsquedas según autores, temas, palabras claves, etc. Todo depende de los campos de búsqueda del programa que administra el catálogo. Unos consejos a la hora de usar el catálogo:
Índices
Si la biblioteca en que te encuentras tiene una subscripción a la base de datos ATLA, la puedes usar para buscar muchísimos otros recursos que quizá no estén en la misma biblioteca. ATLA te facilita listas con todo o casi todo lo que se ha publicado en publicaciones serias sobre una gran variedad de cuestiones de investigación teológica. Además, muchos de los artículos que aparecen en sus listas están disponibles en formato PDF gratuitamente.
Listas, servicios y tiendas on-line
Puedes buscar libros informáticamente también por listas (p. ej., OT Gateway, NT Gateway), servicios informáticos (Google Books, Christian Classics), sitios web con revistas publicadas (p. ej., Themelios), e incluso tiendas on-line como Amazon. Luego hablaremos de cómo usar estos recursos incluso para leer porciones significativas de los libros sin comprarlos.
Libros y artículos
Cuando tengas una lista de unas obras, ve a buscar las que te parezcan más interesantes. Siéntate en la biblioteca y empieza a ojear. No estás «leyendo» todavía (aunque nunca va mal tomar algunos apuntes si te topas con algo muy interesante). Más bien estás conociendo algunos de los libros que has descubierto, y en concreto buscando si alguno te indicará algún camino a seguir para encontrar más recursos.
Principalmente lo que quieres ver es qué autores y obras se citan en estos libros. Los lugares interesantes a considerar son sus bibliografías, índices de autores y notas a pie de página. ¡Ojo! –muchas veces un autor citará otro libro que acabará siendo más importante para ti que el libro que tienes entre manos. Debes ir añadiendo a tu bibliografía obras descubiertas de esta manera, aquellas que crees que valdría la pena consultar.
Es necesario indicar que a estas alturas debes estar evaluando la relativa importancia de los títulos que estás descubriendo. Si haces esto, en muy poco tiempo podrás tener una lista demasiado larga para leerlo todo. Es necesario imponer una jerarquía de la relativa importancia de lo que descubres según tus criterios: el conocimiento que tienes de los autores en cuestión, el nivel de los escritos (académicos o populares), las recomendaciones en la parte trasera, y más adelante, reseñas y críticas de los libros. Para más sobre esto, ver los artículos en «La lectura».
El bibliotecario
Hay que ser humildes y un poco extrovertidos a la hora de elaborar una bibliografía. Puede que te sientas incómodo acercándote al bibliotecario para pedirle que te ayude a encontrar recursos. Quizá no quieres quedar en ridículo por no saber cuáles son los libros importantes. Se trata de dejar atrás nuestras pretensiones y preguntar, porque los bibliotecarios muchas veces te pueden ayudar. Ahora bien, a la hora de acecarte al bibliotecario, es importante tener preguntas específicas. Si vas al bibliotecario antes de hacer nada más y le preguntas por obras acerca de tu tema, quizá no puede ayudarte dado lo general de tu pregunta. Es mejor hacer las otras consultas antes e ir perfilando tu bibliografía para poder hacerle preguntas específicas.
Otras personas
Las personas que te rodean son también un recurso: compañeros de clase, profesores, pastores, etc. ¡Haz a un lado orgullo y pregunta!
Más en «La investigación»
- Escogiendo un tema
- Definiendo el enfoque del trabajo
- Usando recursos de Internet
- Priorizando y leyendo tus fuentes
- El buen uso de fuentes
1. La biblioteca es el lugar principal de cosecha de recursos
Ten en cuenta que, por pequeña que pueda ser la biblioteca en una institución evangélica, no deja de ser especial. Es una biblioteca especializada en la teología de tradición protestante. Fíjate que, de los miles y millones de libros que hay en el mundo, en una biblioteca como la de IBSTE hay unas 10.000 piezas de literatura teológica seleccionada (en muchos casos) por expertos, todo reunido en un sitio. ¡Mucho de vuestro trabajo está hecho ya! Muchos de los recursos que vais a necesitar están aquí mismo (aunque no todos, como veremos). Por lo «pobre» que podamos pensar que es nuestra querida biblioteca, si tuviéramos que depender de la biblioteca pública de Castelldefels, o de Barcelona, o la biblioteca de la UB, estaríamos en apuros –¡no tienen nada de lo nuestro!
2. ¿Cómo se acumula bibliografía?
Nunca vas a encontrar todos los libros que necesitas juntos en una estantería. Hay que trabajar para descubrirlos. Hablo de la elaboración de una bibliografía. Una bibliografía es una lista de recursos que vas a utilizar. Esta lista se debe elaborar en un archivo Word (o OpenOffice, LibreOffice, Pages) directamente, siguiendo las normas marcadas por el documento «Normas bibliográficas». Se debe organizar alfabéticamente y por temas. Pero, la cuestión es: ¿cómo descubrir cuáles son los recursos disponibles?
Obras de referencia
Seguramente perfilando el tema de tu trabajo, ya has visto algunos de estos recursos (obras de introducción, enciclopedias, diccionarios bíblicos). Ahora es un buen momento, si no lo has hecho todavía, para leer enteramente los artículos pertinentes a la cuestión concreta que vas a investigar. Muchas veces estos artículos te darán algo de bibliografía básica que resulta ser un buen lugar para empezar.
Recuerda que puedes encontrar información acerca de la cuestión que estás investigando en artículos con varios nombres –es necesario ser intuitivo y saber buscar. Por ejemplo, imagínate que tu tema es la continuación o no de los dones milagrosos hoy en día. Dentro de este tema, decides enfocarte concretamente en el carácter de la profecía en el Nuevo Testamento ¿Dónde buscar en el diccionario bíblico para encontrar recursos sobre esto? Puedes probar en varios artículos: «Profecía» evidentemente, pero también en otros artículos relacionados como: «Dones», «Lenguas», «Revelación», incluso «Carismático» o «Cesasionismo».
El catálogo de la biblioteca
Las bibliotecas modernas tienen catálogos informáticos que te permiten hacer búsquedas según autores, temas, palabras claves, etc. Todo depende de los campos de búsqueda del programa que administra el catálogo. Unos consejos a la hora de usar el catálogo:
- Si sabes de un autor en concreto lo puedes buscar directamente. Pero no te quedes con la identificación del libro en cuestión. Mira en la lista que sale para ver si el mismo autor ha escrito algo más acerca de tu tema. Apunta las referencias (como he dicho, ¡en tu ordenador!).
- Si no sabes de un autor concreto, puedes buscar por tema. Aquí hay que ser intuitivo. Los libros se alistan por temas pero no necesariamente de la manera que tú los pondrías. Hay que ir probando con palabras diferentes para ver qué hay. Lo mismo que harías en el diccionario o enciclopedia bíblica.
- Usar los «boolean operators».Me refiero a las palabras que te permiten confeccionar una búsqueda más específica: AND (entradas que tienen ambas palabras que tú especificas); OR (una palabra u otra); AND NOT (que no contienen referencia al segundo termino); cat* (cualquier palabra que comience por estas letras); predestinación AND (evang* OR predica*). Es necesario ser creativo y tener paciencia.
Índices
Si la biblioteca en que te encuentras tiene una subscripción a la base de datos ATLA, la puedes usar para buscar muchísimos otros recursos que quizá no estén en la misma biblioteca. ATLA te facilita listas con todo o casi todo lo que se ha publicado en publicaciones serias sobre una gran variedad de cuestiones de investigación teológica. Además, muchos de los artículos que aparecen en sus listas están disponibles en formato PDF gratuitamente.
Listas, servicios y tiendas on-line
Puedes buscar libros informáticamente también por listas (p. ej., OT Gateway, NT Gateway), servicios informáticos (Google Books, Christian Classics), sitios web con revistas publicadas (p. ej., Themelios), e incluso tiendas on-line como Amazon. Luego hablaremos de cómo usar estos recursos incluso para leer porciones significativas de los libros sin comprarlos.
Libros y artículos
Cuando tengas una lista de unas obras, ve a buscar las que te parezcan más interesantes. Siéntate en la biblioteca y empieza a ojear. No estás «leyendo» todavía (aunque nunca va mal tomar algunos apuntes si te topas con algo muy interesante). Más bien estás conociendo algunos de los libros que has descubierto, y en concreto buscando si alguno te indicará algún camino a seguir para encontrar más recursos.
Principalmente lo que quieres ver es qué autores y obras se citan en estos libros. Los lugares interesantes a considerar son sus bibliografías, índices de autores y notas a pie de página. ¡Ojo! –muchas veces un autor citará otro libro que acabará siendo más importante para ti que el libro que tienes entre manos. Debes ir añadiendo a tu bibliografía obras descubiertas de esta manera, aquellas que crees que valdría la pena consultar.
Es necesario indicar que a estas alturas debes estar evaluando la relativa importancia de los títulos que estás descubriendo. Si haces esto, en muy poco tiempo podrás tener una lista demasiado larga para leerlo todo. Es necesario imponer una jerarquía de la relativa importancia de lo que descubres según tus criterios: el conocimiento que tienes de los autores en cuestión, el nivel de los escritos (académicos o populares), las recomendaciones en la parte trasera, y más adelante, reseñas y críticas de los libros. Para más sobre esto, ver los artículos en «La lectura».
El bibliotecario
Hay que ser humildes y un poco extrovertidos a la hora de elaborar una bibliografía. Puede que te sientas incómodo acercándote al bibliotecario para pedirle que te ayude a encontrar recursos. Quizá no quieres quedar en ridículo por no saber cuáles son los libros importantes. Se trata de dejar atrás nuestras pretensiones y preguntar, porque los bibliotecarios muchas veces te pueden ayudar. Ahora bien, a la hora de acecarte al bibliotecario, es importante tener preguntas específicas. Si vas al bibliotecario antes de hacer nada más y le preguntas por obras acerca de tu tema, quizá no puede ayudarte dado lo general de tu pregunta. Es mejor hacer las otras consultas antes e ir perfilando tu bibliografía para poder hacerle preguntas específicas.
Otras personas
Las personas que te rodean son también un recurso: compañeros de clase, profesores, pastores, etc. ¡Haz a un lado orgullo y pregunta!
Más en «La investigación»
- Escogiendo un tema
- Definiendo el enfoque del trabajo
- Usando recursos de Internet
- Priorizando y leyendo tus fuentes
- El buen uso de fuentes